La infraestructura desempeña un papel crucial en la reducción de la desigualdad de género en Ecuador. Según un análisis de Revista Gestión, las mujeres enfrentan barreras estructurales en sectores como el transporte, la energía y la conectividad digital, lo que limita su acceso a oportunidades laborales y educativas. Por ejemplo, en Quito, seis de cada diez mujeres han sufrido acoso en el transporte público, y en zonas rurales, muchas carecen de acceso confiable a electricidad y tecnologías limpias para cocinar, lo que perpetúa roles tradicionales y limita su desarrollo personal y profesional.
Además, la brecha digital persiste, con un mayor porcentaje de mujeres consideradas analfabetas digitales en comparación con los hombres, especialmente en áreas rurales. Para abordar estas disparidades, se recomienda implementar políticas públicas con enfoque de género que incluyan mejoras en la infraestructura de transporte, acceso a energía y programas de alfabetización digital, promoviendo así una mayor equidad y participación femenina en la vida económica y social del país.
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