El informe de Intercept Brasil revela que un brasileño fue víctima de trata de personas y trabajos forzados en Myanmar. Estaba retenido en una «fábrica de estafas», donde se obliga a los extranjeros a trabajar en tramas de engaño en línea. Las condiciones incluyen vigilancia constante, amenazas y escasas posibilidades de escapar. El caso pone al descubierto una red de explotación y trata de seres humanos que afecta a varias nacionalidades en la región.
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